¿No tienes tiempo para meditar?

Vivimos en modo automático. Hacemos casi todo por inercia, por costumbre, porque sí. Lo llevamos haciendo durante mucho tiempo y vivir así se ha convertido en la norma, en lo habitual. Estoy hablando por ejemplo, de comer sin apreciar la comida, de hablar con los demás sin escucharles, de no darnos cuenta de cómo hemos llegado al trabajo, de hacer el amor con prisas, de hacer ejercicio sin sentir nuestro cuerpo, de ducharnos sin disfrutar del agua, de caminar apresurados, de sacar al perro sin dejar de mirar el móvil, de hacer los deberes con tu hijo sin prestarle atención… Hablo de todas esas cosas que haces durante el día y de las que no eres ni consciente porque realmente no estás ahí. 

¿Sabes qué ocurre cuando vives la mayor parte de tu vida en piloto automático? Que la felicidad se aleja de ti porque nada te motiva, nada te llena. Las personas de tu vida, las experiencias que tienes pierden brillo porque no las atiendes. Desperdicias tu energía en cosas que no son importantes, en distracciones que te apartan continuamente de tu vida. ¿Cómo no va a perder brillo todo lo que te rodea? ¿Acaso las cosas no parecen más ricas en detalles cuando les prestas más atención? Lo mismo sucede con tu vida. Meditar nos ayuda a prestarle atención momento a momento.