- Malcorra
Cuando no me gusta lo que siento
La vida está llena de momentos maravillosos que nos hacen sentir bien, nos llenan de energía y vitalidad. Son momentos de placer, de alegría, de buenas noticias, de logros. Y nos encantan. Nos llenan el alma. Nos hacen felices.
¿Pero qué sucede cuando lo que sentimos, no es tan agradable? ¿Qué solemos hacer? ¿Existe una manera mejor de llevar esos momentos desagradables? ¿Cómo podemos sentir las emociones negativas? En realidad, esos momentos son experiencias clave en nuestro crecimiento personal, porque nos brindan oportunidades únicas para conocernos y ajustarnos sin sufrimiento innecesario.
Primero veamos cómo son esos momentos desagradables. Son situaciones en las que partes de un estado de ánimo neutro o agradable y de repente sucede algo que no te gusta, que te hace cambiar a peor. Puede ser algo que atente directamente contra tu seguridad, como que alguien te adelante peligrosamente mientras estás conduciendo. O también puede ser algo más sutil, que tenga que ver con tus miedos o vulnerabilidades más íntimas. Por ejemplo sentir celos si tu pareja habla con una persona atractiva, o sentirte rechazada en tu grupo de amigos, o que alguien a quien quieres te diga o haga algo que no te parece bien.
La reacción de nuestro cuerpo es inmediata en estos casos. La forma en que se manifiesta puede variar de una persona a otra. Algunos ejemplos son; calor en el rostro o en el pecho, taquicardia, respiración agitada, sensación de puños apretados, tensión en la mandíbula, manos sudorosas… Todos ellos producidos por la activación de nuestro sistema nervioso simpático, que se encarga de ponerse en marcha en situaciones de peligro.
Pero hay más. A todo esto, hay que añadirle el factor mental. Ante este tipo de experiencias tu mente va a tratar de dar explicación a lo que sientes. Y no lo hará de una forma racional y meditada. Lo va a hacer siguiendo sus patrones habituales, los que dependen directamente de tu historia personal. Es decir, si cuando fuiste una niña tenías unos padres que nunca tenían tiempo para tí, es probable que tengas la creencia de “ser invisible” para los demás, o de no merecer el amor, o de no ser suficientemente válida. Y cuando ves a tu pareja hablando de manera animada con alguien atractivo, puedes sentir miedo, que se manifiesta físicamente como calor en la cara, taquicardia y manos sudorosas. Y a nivel mental, con pensamientos como “ya no le gusto”, “me va a dejar” “yo no soy tan linda/lista/carismática como ella”… un círculo vicioso que genera mucho sufrimiento.