Podemos modificar nuestros patrones mentales. El secreto está en entrenarnos a nivel mental. Es como cuando nos entrenamos para una carrera. Cuesta arrancar ya que nuestra tendencia es hacer lo que hacemos siempre. Pero con una dosis de esfuerzo empezamos a entrenarnos. Primero, sin exigirnos mucho, poco a poco. Y gradualmente nuestro cuerpo se hace más fuerte y empieza a rendir de manera eficiente.
Con la mente pasa exactamente igual. Requiere de compromiso, disciplina, persistencia y de un tiempo para notar resultados. Estos son los pasos que hemos de recorrer para conseguirlo:
♥ Desea cambiar de verdad
No basta con valorar la posibilidad de modificar mis hábitos y ver qué pasa. Hay que estar comprometido con el proceso del cambio y desearlo desde lo más profundo. Ser consciente de que el proceso no será fácil ni lineal. Y que cualquier cambio supone una dosis extra de esfuerzo y disciplina.
♥ Se consciente de los «errores de tu mente»
El segundo paso es ser consciente de cómo funciona tu mente condicionada. No podemos cambiar lo que no sabemos que sucede, así que al principio haremos una labor de observación de lo que ocurre en nuestra mente.
Una de las maneras más divertidas de realizar este paso es imaginándote que eres un científico que está haciendo un estudio sobre el funcionamiento cerebral.
Siempre que te encuentres dando vueltas a algún pensamiento negativo, para y hazte estas preguntas:
- ¿Qué es lo que me ha hecho sentir mal?
- ¿Qué idea ha pasado por mi mente?
- ¿Por qué he llegado a esta conclusión? ¿Es probable que esté condicionado?
- ¿Qué hice después? ¿Cómo reaccioné?
♥ Aprende a transformar tus creencias negativas
Ahora es el momento de transformar esas ideas tan rígidas que nos hacen sentir mal. Y para ello debemos hacer lo siguiente:
Presta atención de manera global: cada vez que te veas a ti mismo ante una situación que confirme tus creencias, trata de ver la situación con perspectiva. Intenta ampliar tu foco de atención, de una manera más global, ver las cosas con perspectiva. Salir de esa especie de egocentrismo que surge en esos momentos.
Por ejemplo:
Estás cenando con unos amigos. Y siempre has creído que no eres digna de amor. Pero sabes que tienes tendencia a fijarte en aquellos detalles que denotan falta de atención hacia mí. Pero a pesar de todo, no puedes dejar de sentirte mal porque uno de tus amigos te ha mirado mal. En ese punto puedes hacer dos cosas:
- Tomarte un tiempo para calmarme. En ese tiempo puedes observar si tu amigo vuelve a mirarte mal.
- Puedes fijarte si tu amigo se relaciona así con los demás o sólo contigo. Quizás tan sólo tenga un mal día y esté borde con todos.
Trabaja con tu memoria: los recuerdos que concuerdan con nuestras creencias negativas, son muy potentes. Son de fácil acceso y pueden aparecer intrusivamente en nuestra mente, provocándonos malestar intenso. Si queremos ser más objetivos con nuestra memoria tendremos que aprender a:
- Calmar las reacciones derivadas de ciertos recuerdos. Desarrollando la habilidad de “no reacción” o de autocontrol (para esto no puedo evitar recomendar la meditación como práctica habitual).
- Equilibrar los recuerdos negativos: sabemos que podemos recordar fácilmente aquello que nos hizo sufrir. Y que será difícil que también surjan recuerdos positivos. Pero hay que hacer un esfuerzo. Siempre que algo negativo sea recordado, buscaremos un recuerdo positivo que lo compense.
Por ejemplo:
Si te viene a la memoria el recuerdo de la ocasión en la que te sentiste despreciado por alguien, primero para y respira profundamente y trata de calmarte. Después trata de recordar alguna vez en la que te hayas sentido valorado.
Trata de ser más objetivo: hay dos formas de ampliar la objetividad de lo que experimentamos:
- Explora los hechos: intenta revisar lo que te sucede sin dejarte nada por el camino y sabiendo que tu mente no es objetiva. Revisa tus creencias y cómo crees que pueden estar condicionándote. Cuanto más lo practiques, más automático se volverá y cada situación conflictiva se convertirá en un momento de reflexión y auto-conocimiento.
- Busca explicaciones alternativas: Casi siempre hay otra versión de la historia. Cuando estamos metidos en nuestros pensamientos negativos, no somos capaces de darnos cuenta de que quizás haya otra explicación a lo que sucede. Buscar otras alternativas evitando ser tan catastrofista o negativo es un buen ejercicio.