fbpx

Baja el ritmo de tu vida

¿Por qué bajar el ritmo?

El ser humano es un animal de costumbres. Adquirimos hábitos y nos atenemos a ellos repitiendo una y otra vez las mismas conductas, pensamientos, movimientos y emociones… Lo hacemos para ahorrar energía, para sentirnos seguros, para combatir la incertidumbre. 

Automatizamos prácticamente todo y con ello ahorramos también tiempo. Sin darnos cuenta, empatamos una cosa con otra, nos apresuramos y hacemos de la prisa un hábito. Poco a poco olvidamos qué es hacer algo por el placer que nos proporciona y lo que nos motiva en su lugar es esa pequeña y breve sensación de satisfacción que acompaña a la terminación de las tareas. Pero a veces ni eso nos regalamos porque las prisas, entre otras cosas, anulan nuestra capacidad de gozar.

¿Estás habituada a vivir con prisas?

Uno de los hábitos más dañinos que mantenemos sin darnos cuenta es el de vivir con prisas. Tenemos la sensación de que si no hacemos nuestras tareas corriendo no nos dará tiempo a hacerlo todo. Y como consecuencia nos acostumbramos a vivir a un ritmo muy elevado.

Llevamos las prisas a todo lo que hacemos, en el trabajo, cuando nos relacionamos con otras personas, al comer, al hacer deporte, al hacer el amor…

Nuestro ritmo acelerado se ha convertido en nuestra zona de confort.

Baja el ritmo de tu vida

Bajar el ritmo ayuda

Vive una vida sin estres

No necesitamos someternos a grandes cambios para bajar el ritmo de nuestra vida. Podemos transformar nuestra vida a través de pequeños cambios. Si realmente quieres superarte a ti mismo y salir de tu zona de confort, prueba a bajar el ritmo de tu vida.

Porque cuando eliminamos las prisas, empezamos a sentir.  Y cuando sentimos, nos damos cuenta de todo lo que realmente sucede en nuestras vidas. Y eso ya es toda una aventura

Baja el ritmo con estos consejos:

♥ Percibe cuando estás acelarada. Toma conciencia del ritmo con el que estás haciendo las cosas y redúcelo. Haz lo que quiera que estés haciendo pero con más lentitud, prestando atención a cada detalle. Una buena forma de entrenarse es darte cuenta de lo que percibes a través de cada uno de tus sentidos (vista, olfato, tacto, gusto, oído).

Toma descansos para dirigir tu mirada a lo que te rodea. Mueve tu cabeza hacia los lados, hacia el cielo y el suelo. Percibe dónde estás y cómo es el lugar en el que te encuentras. Mira a las personas que hay cerca de ti con curiosidad.

Detén cualquier cosa que estés haciendo y dirige la atención hacia tu cuerpo. ¿Qué partes de tu cuerpo están más presentes? ¿Cómo es tu estado general? ¿Cómo estás respirando en este momento? 

Elogio a la lentitud

"Si yo cambio todo cambia"

Tenemos que ir más despacio para poder sentir

Tenemos que ir más despacio

Necesitamos bajar el ritmo para poder apreciar todos los matices que existen en nuestra vida. Los positivos, los neutros y también los negativos. Si queremos tener una vida plena, tenemos que abrirnos a la posibilidad de sentir.

Muchos vivimos con la sensación de que nos falta algo en la vida, pero no nos damos cuenta de que lo que realmente nos falta es sentir. Y para eso hace falta salir de nuestra zona de confort bajando el ritmo.

Parar y sentir puede hacernos sufrir porque nos pone frente a frente con nuestros miedos y nos obliga a pasar a la acción. Nos aparta por unos instantes de la comodidad de nuestros hábitos, pero realmente merece la pena intentarlo.

Visita el blog:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.