fbpx

El primer paso para respirar mejor

Respirar bien es importante

Respirar mal genera sensación de falta de energía, limita nuestra capacidad de sentir, nos impide liberarnos de lo que no nos sirve, no nos deja procesar nuestras emociones y nos mantiene separados de nuestro cuerpo.

Respirar bien es importante. Me atrevería a decir que es básico para una vida saludable, tanto a nivel físico como mental y emocional. Pero tan importante como saber respirar bien, es desarrollar la habilidad de permanecer en contacto con nuestra respiración. Al igual que hacemos con nuestro cuerpo, no solemos dar cabida a la experiencia de respirar en nuestro día a día. Respirar es para muchos un acto inconsciente que pasa totalmente desapercibido.

Una de las formas más directas y automáticas de conectar con nuestro cuerpo es a través de la respiración. Si queremos saber cómo nos encontramos, sólo nos basta con prestar atención a cómo estamos respirando en este momento. Tu respiración está en contacto directo con tu estado físico, adaptándose a los cambios ambientales, a la actividad que estés realizando en un momento dado, a tus ciclos hormonales y a tu estado de salud. Pero también está directamente vinculada a tu estado emocional

Así como respiras, vives.

Respirar mal es hacerlo sin darnos cuenta. Es no prestarle atención. Es darla por sentado, menospreciarla. Es vivir sin habernos parado a dedicar tiempo a observarla.

Muchos de nosotros sabemos que existen técnicas de respiración que ayudan a calmar la mente, relajando nuestro sistema nervioso. Los que hemos practicado yoga conocemos el Pranayama y todas sus técnicas de respiración con sus beneficios y utilidades.

A pesar de que es indudable de que una respiración profunda, sosegada y rítmica es sinónimo de una respiración equilibrada y saludable, nadie puede decirte cómo es tu respiración ideal. Sólo hay modo perfecto de respirar y es el que tú descubras. Si te dedicas a imponerte un modo de respiración que sea ajeno al tuyo, terminarás tensionándote y no funcionará.

Para que puedas aplicar una técnica de respiración a tu práctica habitual, primero deberías conocer cuál es tu patrón respiratorio habitual. Porque para poder transformar algo, primero necesitas que conocerlo bien. Y para eso es necesario que te conviertas en un experto de tu respiración.

Ninguno de nosotros respira de la misma forma.  Cada uno lo hace con sus particularidades y matices únicos. Tu forma de respirar es única. Si dedicas tiempo a observar cómo es tu respiración, podrás tener una idea exacta de cómo lo haces. Sabrás si respiras superficialmente, si tienes una respiración rítmica o no, cómo respiras cuando estás estresado o triste, si tienes restricciones al inhalar o al exhalar, si tu respiración fluye bien entre inhalación y exhalación…

Es muy interesante descubrir esas distinciones en tu respiración que te hacen único, no sólo para poder partir de ellas a la hora de aprender a respirar mejor, sino porque tu forma única de respirar dice muchas cosas de ti, de tu historia personal, de tus emociones, de tu cuerpo. 

Una vez que conozcas bien tu respiración, y eso lleva un tiempo, podrás explorar nuevas formas de hacerlo y obtener todos los beneficios de las prácticas saludables de respiración.

Voy a proponerte a que dediques (al menos) una semana de tu vida a observar cómo es tu respiración. No trates de modificarla, sólo préstale toda tu atención. Sin juzgar, ni entrar en diálogos internos buscando causas o consecuencias.

Sería interesante que comenzaras a hacerlo en aquellos momentos en los que estás relativamente calmada. Para luego observarte también en otras situaciones cotidianas, como cuando conduces, cuando estás estresada, cuando caminas, cuando te relacionas con los demás…

Comienza practicando por ejemplo, tumbada en la cama o en el sofá, con los ojos cerrados y sin que nadie pueda interrumpirte. Acostúmbrate a hacerlo varias veces al día para que vayas creando el hábito de observarte. Puede ayudarte anotar en una libreta lo que hayas sentido, para así veas plasmadas por escrito todas tus observaciones.

Instrucciones para observar tu respiración: 

Lleva toda tu atención a la respiración. No tengas prisa. Tan sólo observa cómo respiras en este momento:

¿Cómo es tu respiración ahora?
¿Es rápida o lenta?
¿Estás respirando superficialmente o lo haces de manera profunda?
¿Dónde sientes el movimiento de tu respiración? ¿En el pecho, en el abdomen, en la nariz, en ningún sitio?
¿Está tu respiración equilibrada? ¿Duran lo mismo la inhalación y la exhalación?
¿Sientes que estás respirando de manera fluida? ¿Es tu inhalación fácil? ¿Sientes la exhalación sin esfuerzo? ¿Dónde sientes que haces esfuerzo?

Compártelo si crees que puede ser interesante para alguien:

Si quieres saber más, no te pierdas estos posts sobre conciencia corporal:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.